La legítima defensa es una de las eximentes de responsabilidad penal más conocidas en el ámbito jurídico. Se trata de una circunstancia en la que una persona que, en condiciones normales, habría cometido un delito, queda exonerada de responsabilidad porque actuó para protegerse a sí misma o a terceros frente a una agresión ilegítima. Sin embargo, su aplicación no es automática, sino que requiere el cumplimiento de ciertos requisitos establecidos en el Código Penal español.
En este artículo, vamos a explicarte qué es la legítima defensa, cuáles son sus requisitos, qué ocurre si no se cumplen todos los elementos y qué dice la jurisprudencia al respecto. También analizaremos casos concretos en los que los tribunales han interpretado esta figura, y responderemos preguntas frecuentes para que entiendas en qué situaciones se puede alegar esta eximente y cuándo no es posible.
¿Qué es la legítima defensa en el Código Penal español?
La legítima defensa es una eximente de responsabilidad penal que aparece regulada en el artículo 20.4 del Código Penal. Según esta norma, no será responsable penalmente quien actúe en defensa de su persona o derechos, de los de un tercero, de su morada o de sus bienes, siempre que se cumplan determinados requisitos.
El Código Penal establece que no incurrirá en responsabilidad criminal quien actúe en defensa propia o de terceros, siempre que se den las siguientes condiciones:
- Agresión ilegítima.
- Necesidad racional del medio empleado para impedir o repeler la agresión.
- Falta de provocación suficiente por parte del que se defiende.
Estos requisitos deben analizarse caso por caso, y la carga de la prueba recae sobre la persona que alega la legítima defensa. No basta con alegar que se actuó para protegerse: es necesario demostrar que realmente existía un peligro inminente y que la reacción fue proporcionada.
Requisitos de la legítima defensa: ¿Cuándo se aplica?
Para que se considere que una persona actuó en legítima defensa y, por lo tanto, quede exenta de responsabilidad penal, deben cumplirse tres condiciones esenciales.
Existencia de una agresión ilegítima
El primer requisito es que exista una agresión ilegítima. Es decir, debe haberse producido un ataque real, actual o inminente contra una persona o sus bienes.
¿Qué se considera una agresión ilegítima?
Una agresión ilegítima es un acto de violencia o amenaza contra una persona o sus bienes que no esté justificado por la ley. Por ejemplo:
- Un intento de robo con violencia.
- Un ataque físico con armas.
- Una amenaza inminente de agresión sexual.
- Un allanamiento de morada con intención de dañar a sus ocupantes.
Casos en los que NO hay agresión ilegítima
- Si la agresión ya ha finalizado. No se puede invocar legítima defensa si la amenaza ya ha desaparecido.
- Si el ataque no es inminente. No es legítima defensa actuar preventivamente contra un posible agresor si este no ha iniciado ninguna acción.
- Si hay consentimiento del agredido. En ciertos casos, como peleas acordadas entre dos personas, no suele admitirse la legítima defensa.
Necesidad racional del medio empleado
El segundo requisito es que la respuesta ante la agresión sea proporcional. Esto significa que la persona que se defiende no puede emplear más violencia de la estrictamente necesaria para repeler el ataque.
Ejemplos de proporcionalidad
- Ejemplo válido: Si alguien te ataca con un cuchillo y usas un objeto contundente para defenderte.
- Ejemplo desproporcionado: Si alguien te da una bofetada y respondes disparándole con un arma de fuego.
La proporcionalidad es un concepto flexible que los tribunales analizan según las circunstancias concretas de cada caso.
Falta de provocación suficiente
El último requisito es que quien se defiende no haya provocado el ataque de forma suficiente. Esto significa que una persona no puede alegar legítima defensa si ha iniciado una pelea o ha incitado la agresión.
Por ejemplo:
- Si alguien insulta y amenaza a otra persona hasta que esta le agrede, no podrá alegar legítima defensa.
- Si dos personas inician una riña, no podrán invocar la legítima defensa para justificar su conducta.
Tipos de legítima defensa en el Código Penal
Existen varias modalidades de legítima defensa reconocidas en la jurisprudencia española:
Legítima defensa propia
Es la más común y se aplica cuando una persona se defiende a sí misma de una agresión ilegítima.
Ejemplo: Un ladrón intenta apuñalar a una persona para robarle. La víctima repele la agresión usando un spray de defensa personal.
Legítima defensa de terceros
Se aplica cuando una persona interviene para defender a otra de una agresión ilegítima.
Ejemplo: Una persona presencia un intento de violación y golpea al agresor para evitar que la víctima sufra daños.
Legítima defensa de la morada y bienes
Esta forma de legítima defensa permite actuar para proteger el domicilio o bienes cuando están siendo atacados.
Ejemplo: Un propietario sorprende a un ladrón dentro de su casa y lo reduce utilizando la fuerza hasta la llegada de la policía.
Consecuencias de la legítima defensa: ¿Qué pasa si se demuestra?
Si un tribunal determina que la legítima defensa se ha producido conforme a la ley, la persona que se defendió quedará exenta de responsabilidad penal. Es decir, no será condenada por el delito que, en circunstancias normales, habría cometido.
En algunos casos, cuando la legítima defensa no cumple todos los requisitos, puede aplicarse como eximente incompleta, lo que puede reducir la pena.
Ejemplo de eximente incompleta: Una persona se defiende con un cuchillo frente a un puñetazo. En este caso, hay una desproporcionalidad, por lo que la legítima defensa puede ser reconocida de forma parcial, reduciendo la pena.
En conclusión, la legítima defensa es una eximente importante en el Código Penal español, pero su aplicación no es automática. Para que sea válida, deben cumplirse estrictamente los requisitos de agresión ilegítima, necesidad racional del medio empleado y falta de provocación suficiente. Además, la jurisprudencia ha dejado claro que cada caso se analiza de forma individual.
Si te encuentras en una situación donde crees haber actuado en legítima defensa, es fundamental contar con asesoramiento jurídico especializado para demostrar que tu actuación se ajustó a lo establecido en la ley.